Planta de incienso: se le caen las hojas

La planta de incienso, también conocida como Plectranthus coleoides, es una planta perenne originaria de Sudáfrica. Se caracteriza por sus hojas grandes y brillantes que desprenden un agradable aroma a incienso cuando se frotan. Sin embargo, en algunas ocasiones, los dueños de esta planta pueden notar que las hojas comienzan a caerse de manera inexplicada, lo cual puede ser preocupante. Planta de incienso: se le caen las hojas

Existen varias razones por las cuales una planta de incienso puede perder sus hojas. Una de las causas más comunes es el exceso de riego. Esta planta prefiere suelos ligeramente húmedos, por lo que regarla en exceso puede llevar a un encharcamiento de las raíces y, como consecuencia, a la caída de las hojas. Es importante asegurarse de que la planta reciba la cantidad adecuada de agua, permitiendo que el sustrato se seque ligeramente entre riegos.

Otra posible causa de la caída de las hojas en la planta de incienso es la falta de luz. Esta especie necesita una buena cantidad de luz indirecta para mantenerse saludable. Si la planta se encuentra en un lugar con poca iluminación, es posible que sus hojas comiencen a debilitarse y caer. En este caso, se recomienda trasladarla a un lugar más luminoso, evitando la exposición directa al sol.

Además, la planta de incienso también puede perder hojas debido a enfermedades o plagas. El ataque de insectos como pulgones o ácaros puede debilitar la planta y ocasionar la caída de las hojas. En estos casos, es importante realizar tratamientos específicos para controlar la plaga y proteger la salud de la planta.

Riego necesario para el incienso

El riego necesario para el incienso es un aspecto crucial para garantizar su crecimiento y desarrollo saludable. Es importante entender las necesidades de agua de esta planta y proporcionarle una cantidad adecuada en el momento correcto.

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1. Frecuencia de riego: El incienso requiere un riego regular para mantener su suelo húmedo pero no empapado. Se recomienda regar la planta cada dos o tres días durante los meses de primavera y verano, cuando el clima es más cálido y seco. Durante los meses de otoño e invierno, la frecuencia de riego puede disminuir a una vez por semana.

2. Cantidad de agua: Es esencial proporcionar una cantidad adecuada de agua al incienso. Al regar, asegúrate de que el suelo se humedezca hasta una profundidad de al menos 10-15 centímetros. Evita regar en exceso, ya que el encharcamiento puede provocar la pudrición de las raíces.

3. Hora del día: Es preferible regar el incienso temprano en la mañana o al atardecer, cuando las temperaturas son más frescas. Evita regar bajo el sol directo, ya que esto puede provocar la evaporación rápida del agua y dificultar la absorción de la planta.

4. Control de la humedad del suelo: Es importante monitorear regularmente la humedad del suelo para asegurarse de que no esté demasiado seco ni demasiado húmedo. Puedes comprobarlo insertando tu dedo en el suelo hasta la segunda articulación.


Si sientes que el suelo está seco, es hora de regar.

5. Drenaje: Asegúrate de que la maceta o el área de cultivo del incienso tenga un buen sistema de drenaje. El exceso de agua debe poder salir fácilmente para evitar que las raíces se dañen por el encharcamiento.

6. Calidad del agua: El incienso prefiere agua de calidad, libre de cloro y otros productos químicos. Si el agua de grifo no es adecuada, considera utilizar agua filtrada o dejar reposar el agua durante al menos 24 horas para que los productos químicos se evaporen antes de regar.

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Descubre la hoja del incienso

La hoja del incienso es una planta conocida por sus propiedades medicinales y aromáticas. Su nombre científico es Boswellia serrata y se encuentra principalmente en las regiones de la India y el norte de África.

Esta planta se utiliza desde hace siglos en diferentes culturas y tradiciones debido a sus múltiples beneficios para la salud. La hoja del incienso se ha utilizado tradicionalmente como un remedio natural para tratar diversas afecciones, como la artritis, la inflamación, las heridas y las enfermedades respiratorias.

La hoja del incienso contiene compuestos activos, como los ácidos boswélicos, que han demostrado tener propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Estos compuestos actúan inhibiendo las enzimas que causan la inflamación en el cuerpo, lo que puede ayudar a reducir el dolor y la hinchazón en enfermedades como la artritis.

Además de sus propiedades antiinflamatorias, la hoja del incienso también tiene propiedades antivirales y antibacterianas. Esto significa que puede ayudar a combatir infecciones y fortalecer el sistema inmunológico.

Otro beneficio de la hoja del incienso es su capacidad para mejorar la salud respiratoria. Se ha utilizado tradicionalmente para tratar afecciones como el asma, la bronquitis y la sinusitis. Los compuestos activos en la hoja del incienso pueden ayudar a reducir la inflamación en las vías respiratorias y promover una mejor respiración.

1. Revisa las condiciones de suelo y riego: La caída de hojas en la planta de incienso puede ser causada por un riego incorrecto o un suelo inadecuado. Asegúrate de que la planta esté recibiendo la cantidad adecuada de agua, evitando tanto el riego excesivo como el riego insuficiente. Además, verifica que el suelo esté bien drenado y no esté demasiado compactado. Si el suelo retiene demasiada humedad, esto puede llevar a la caída de hojas.

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2. Controla la temperatura y la humedad ambiental: La planta de incienso es sensible a los cambios bruscos de temperatura y a la falta de humedad en el aire. Evita exponer la planta a corrientes de aire frío o a temperaturas extremas. Además, asegúrate de mantener un nivel de humedad adecuado alrededor de la planta. Puedes utilizar un humidificador o colocar la maceta sobre una bandeja con agua y guijarros para aumentar la humedad ambiental.

Siguiendo estos consejos, podrás ayudar a prevenir la caída de hojas en tu planta de incienso y mantenerla saludable y frondosa.