Un día con… DelaVera AtuCasa

en septiembre 30 | en Protagonistas | de | con Comentarios desactivados en Un día con… DelaVera AtuCasa

Cestas de productos ecológicos, permacultura y actividades en el medio rural

Los perros avisan de la llegada de un extraño. Carla me da la bienvenida desde lejos, junto a dos de sus hijos.

Su marido, Txiqui, está en Madrid con su hija mayor; volverá poco más tarde, después de haber entregado las cestas de productos ecológicos de la huerta que habían encargado los clientes de DelaVera AtuCasa. Es un día soleado y sin viento. Nos presentamos y la acompaño mientras se ocupa de los animales.

de-LaVera-AtuCasa

¿Cuándo y por qué decidisteis dejar Madrid? ¿Por qué elegisteis La Vera? 
Siempre habíamos querido irnos a vivir al campo. Ya teníamos dos hijos, el más pequeño tenía año y medio, y entonces era el momento. Nos compramos una furgoneta para buscar un sitio donde ir. Estuvimos un año dando vueltas por España. Pensábamos más bien la zona norte de España, por el agua y por las futuras sequías del sur. A mí no me gustaba La Vera, porque había mucha gente retirada como nosotros y le teníamos un poco de manía. La verdad es que La Vera está más desarrollada en la zona de Villanueva de la Vera y Madrigal, que está más cerca de Madrid, y según vas hacia el Oeste hay menos gente y más posibilidad de precios asequibles.
La finca tiene 11 hectáreas, y cuando la compramos ya contaba con un proyecto de reconstrucción de la casa en la que vivimos ahora. Así que todos los trámites y estudios medioambientales ya estaban aprobados; solo hubo que transformar las pesetas en euros. Nos lo aceptaron del tirón. Hay veces que la vida te ayuda y otras te pone muchos obstáculos. En este caso, nos fue bien todo. Yo estaba trabajando en una multinacional desde hacía diez años, en control de calidad, y quería dejarlo, ir al campo y cambiar de vida. Coincidió que me quería ir con que querían despedirme; entonces me indemnizaron y conseguimos un préstamo del banco. No te hacen préstamos sobre terreno rural, así que hipotecamos sobre la casa que teníamos en Madrid.

¿Fue una decisión muy dura? ¿Cuánto dinero invertísteis?
No, fue una decisión muy deseada. Nunca había estado tan feliz como cuando firmamos el préstamo. Mi hijo Luka, solo tenía año y medio. Manuela tenía cuatro años y ya había ido un año al colegio, al Liceo Francés en Madrid; cuando llegamos aquí, lo primero que me dijo fue: “me encanta el colegio español” , porque de repente lo entendía todo (en el Liceo Francés solo hablan en francés). El colegio es rural, el único que hay en Jarandilla, que está muy bien; son solo quince alumnos en clase.
No recuerdo exactamente cuánto dinero invertimos. Creo que fue alrededor de 25 millones de pesetas.

¿Cómo es un día cualquiera en DelaVera Atucasa? ¿A qué hora os levantáis y cuáles son las primeras tareas de la mañana?
Pues depende de si es un dia de cole. Esos días te levantas pronto para llevar a los niños al cole. Al principio del otoño empiezas a recoger leña, preparar el huerto, preparar conservas, atender a los animales… pero no puedes programarte. Es un sin parar, vas sobre la marcha. La leña la recogemos del monte público; pagamos al Ayuntamiento unos tres robles grandes. Una persona del Ayuntamiento nos marca los árboles secos que podemos tirar. Nos pasamos la mañana cortando los árboles hasta que recogemos a los niños (a las dos acaban las clases del día), hacemos un picnic si hace bueno y volvemos al bosque a seguir recogiendo leña, la traemos aquí y volvemos a por más. Así se nos pasan bastantes días. También recogemos setas en temporada (boletus, amanita cesarea, níscalos, macrolepiota…) y moras, secamos higos para hacer mermeladas, etc.

¿Cómo son los días de invierno?
El mayor problema es el hielo. Se hiela la pista de acceso a la finca y tenemos que ir arreglándola para que los clientes que vengan a la casa rural puedan acceder.

¿Tenéis tiempo para el ocio? ¿Qué os gusta hacer?
Mi ocio es coser y tejer. No tengo mucho tiempo. En invierno, algo más. Como no hay producción, vives de las conservas, de lo que tienes guardado, y también tienes que ir a comprar. Lo que más tiempo nos entretiene son los animales. Por ejemplo, se escapan las ovejas y se meten en el huerto y se comen los repollos; tienes que ir a sacarlas. Un mal parto, tienes que asistir. También colaboramos con el vecino, que hace vino, damos de comer a las vacas… A mí no me apetece mucho salir de aquí. Viene mucha gente, siempre hay familia, amigos, clientes en la casa rural… También vivimos con mi tía abuela, que tiene 86 años, que se apunta a todas. Hacemos muchas fiestas, de disfraces, un partido de fútbol, ferias de los horrores…
Nosotros salíamos mucho por Madrid, pero aquí estamos muy a gusto. Mucha gente viene a conocernos para aprender a hacer conservas, queso…

Carla, trabajando en la huerta

Carla, trabajando en la huerta.

¿Qué cultiváis? Si tenéis animales, ¿qué provecho sacáis de ellos?
Calabaza, calabacín, cebolla, pimiento, tomates, pepinos, maíz, guisantes, espinacas, lechugas, acelgas, remolacha, rúcula, escarola… Es muy buena tierra, porque hace 40 años que no se trabajaba y lo único que entraban eran cabras a pastar. Pedimos el certificado ecológico y vino una persona de la Junta de Extremadura, pero vino en mocasín; los cerdos los vio de lejos y nos preguntó cuántos tenía, no miró ni lo que comían, hizo todo el papeleo pero todo fue muy decepcionante. Tenemos que pagar 60 euros al año. Tenemos que mandar una lista de cultivos. Nos dan el sello al cabo de los dos años, que es lo que dicen que tarda la tierra en ser ecológica. Les dimos análisis de tierras, les aseguramos que la tierra llevaba 40 años sin ser trabajada, pero nada. Las gallinas, por ejemplo, da igual cómo estén (siempre que tengan un metro cuadrado de jaula, da igual si tienen cortado el pico, que les pongan más horas de luz, música para estimularlas…). Yo tengo las gallinas sueltas y pierdo algunas; es el riesgo por tenerlas en libertad. Para mí, lo más importante es que la gallina tenga su pico y pueda defenderse, que se mueva. Me molesta que a un tabaquero, que deja la tierra estéril y arcillosa, que ha abusado de herbicidas, en monocultivo, con tan solo dejar dos años la tierra ya le dan el sello de ecológico. El sello a mí no me dice nada. Yo me baso en la confianza con mis clientes. Pero mi negocio no es vender cestas solamente.

¿Tenéis contacto con otros productores locales? ¿Cómo es vuestra relación?
Sí. Con productores de quesos, de jabones… Al principio, se pusieron en contacto conmigo para que les vendiese los productos, pero como no teníamos los mismos conceptos éticos acabamos mal con la mayoría. Unos pedían un precio muy alto, otros se aprovechaban de mis clientes pero no obtenía nada a cambio (hay mucho secretismo, cada uno va por su cuenta). Ahora solo vendemos lo nuestro y los productos de la tejedora.

¿Está suficientemente informado el consumidor español medio sobre lo que come? ¿Cómo veis el futuro de la alimentación ecológica?
Yo creo que tienen la información que les dan los medios. El sello ecológico, en mi opinión, no es garantía de nada. Yo, por ejemplo, trabajaba en hipermercados y no entiendo cómo se puede producir a tan gran escala como para vender a un hipermercado; yo creo que no se puede separar la persona del producto. Los catalanes, por ejemplo, están muy concienciados y creen que el sello ampara comportamientos que no son puramente ecológicos.
Yo creo que la alimentación ecológica tiene mucho futuro. El precio es caro, pero nosotros por ejemplo servimos nuestros productos en Madrid. Lo que es absurdo es que el producto se produzca en una zona de España, se traslade a otra y se venda en una tercera. Yo creo que lo que tenemos que hacer es consumir lo local o relativamente local (por ejemplo, de aquí a Madrid). Los vascos, por ejemplo, son muy punteros. En Zaráuz, los propios productores tienen un mercado para vender sus productos ecológicos; cuentan con una infraestructura, local, carteles… Aquí solo hay un mercadillo en Arenas de San Pedro y lo tienen que montar los productores.

¿Os han comentado en alguna ocasión que los productos ecológicos son muy caros? ¿Qué podéis decir vosotros al respecto?
Yo le diría que el producto ha dado tantas vueltas que al final el precio se ha encarecido. Que compre local.

¿Contáis con algún tipo de ayuda oficial para continuar cultivando ecológico?
Hay ayudas, pero hasta el momento no nos las han ofrecido.

La finca cuenta también con un invernadero.

Trabajando en el invernadero.

¿Consideras que en la economía rural tiene cabida el trueque?
Lo que yo estoy viendo alrededor es una generación de unos 30 años, un grupo de Garganta la Olla que se llama Agranda la Olla, que es muy grande y funciona ayudándose entre ellos. Tienen incluso su propia moneda. Son gente que no se ha metido en hipotecas, por lo que no tienen ese peso. Eso es permacultura, gente que casi en su mayoría tiene su carrera, que forman pequeñas comunidades y así sí lo veo factible. Aquí vino un esquilador muy profesional; trabaja sin atar las ovejas, tratándolas de tal manera que se dejan que les quite la lana. Él aprendió este modo de vida y vive de esto.
Nosotros practicamos el trueque intercambiando horas de trabajo. Nuestros vecinos belgas y austriacos, que hacen bollerías, dieron clases de inglés a mis hijos a cambio de cestas. Pero esto es muy difícil, porque nunca puedes equiparar en moneda lo que estás dando. Se basa más en la satisfacción mutua. El trueque es más fácil con la gente de aquí, que está acostumbrada a esto de toda la vida. El cabrero, por ejemplo, mete las cabras en nuestros prados durante el otoño y, a cambio, en primavera siega con su máquina y nos alpaca. Nos deja el cerdo para que preñe a las cerdas, nos hace de matarife, nos cura el jamón (vive arriba donde hay menos humedad). La compensación es mutua y es perfecto.

¿Qué tipo de calefacción tenéis?
La calefacción ha ido mejorando. Al principio, teníamos muchas chimeneas; pero necesitábamos muchísima leña. Con el tiempo, nos dimos cuenta de que con una chimenea cerrada, con un serpentín que calienta el agua, te calienta arriba y abajo. La estufa la hemos hecho nosotros. Tiene un serpentín que calienta el agua, que va a los radiadores de la parte de arriba de la casa. Al principio teníamos una caldera de leña, una chimena en el salón, otra en nuestra habitación, la cocina de leña… Era inviable. Así que lo que hicimos fue estar todo el tiempo aprendiendo y pensando. Los primeros años nos dimos cuenta de lo poco que piensas cuando vives en una ciudad. Casi todo lo arreglas pagando. Aquí no, aquí tienes que arreglártelo tú solo, todo el tiempo. Entonces acabas pensando y te das cuenta de que en realidad sí que lo sabes hacer. En la casa rural, tenemos una chimenea y suelo radiante.

¿Tenéis suministro de agua? ¿Tenéis algún tipo de depósito? ¿Qué gestión hacéis del agua?
El agua es de manantial. Mi hija Manuela (que tiene ahora 12 años) y yo, hicimos el pozo. Analizamos el agua y vimos que era potable. El problema de la falta de agua en el mundo es, en mi opinión, una cuestión de canalizar el agua de los manantiales para poder utilizarla.

Contáis también con alojamiento rural. ¿Qué ofrecéis exactamente? ¿Cómo marcha este negocio?
El alojamiento es una casa de campo independiente. Está dentro de nuestra finca pero la intimidad está garantizada, porque ni nos vemos ni nos oímos.
La casa funciona mejor en verano. Por eso, para tener más clientes, quiero darle un tinte temático. Estoy estudiando proponer por ejemplo un fin de semana de recogida de setas y elaboración de conservas, un curso de afieltrado de lanas… Quiero acercar a aquellos que les interesa cambiar de vida, darles la posibilidad de verlo de cerca. También para nuestros clientes, que vean de dónde salen nuestros productos.
Otra cosa que me gustaría mucho sería trabajar con mujeres. Darles la posibilidad de vivir de su trabajo les permite recuperar su poder, que ha ido desapareciendo con las religiones. Aquí, en el campo, se ven mucho más separadas las tareas masculinas y femeninas, porque unas requieren la fuerza que nosotras no tenemos. Yo me realizo cosiendo, creando.

casa de campo en DelaVera AtuCasa

Casa de campo en alquiler en la finca, próxima a Jarandilla de la Vera.

Veo que sois bastante activos en facebook. ¿Creéis que las redes sociales son una herramienta importante para la promoción de vuestro negocio, o son más bien un medio de estar en contacto con vuestros amigos?
En facebook, para DelaVera AtuCasa, hay mucho me gusta, comparto; pero realmente no te mojas nada con eso. Te permite darte cuenta de que hay mucha gente pensando como tú, pero yo he llegado a enfadarme porque veo que la gente no hace nada aparte de dar al botoncito.

¿Qué consejos daríais a aquellos que quieren aventurarse en crear un huerto urbano?
Me parece que la revolución empieza por producir tus propios alimentos. Puedes comprarme la cesta y guardarte las semillas, que estas sí germinan. Animaría a todo el mundo con un trocito de terraza y dos macetas. No hay mayor placer que comerte algo que tú has cultivado, y hay espacio de sobra en una gran ciudad.

¿Creéis que cualquiera podría seguir vuestros pasos? ¿Es la vida rural solo para valientes?
Yo creo que es solo para apasionados, que les salga de ellos vivir así. Es mucho más difícil si no lo tienes claro, porque se te pone todo en contra y vas avanzando solo si quieres ir por ahí.

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