«El xiglú es una construcción ecológica de madera que se adapta a las necesidades reales del cliente»
Recientemente me he desplazado hasta Serón, población de la almeriense Sierra de los Filabres. Allí he tenido la oportunidad de visitar las instalaciones de Xilacurve donde se fabrica el xiglú, una construcción ecológica de madera con forma de iglú. Agradezco a Juanjo Campos, socio cofundador de esta compañía, su invitación a conocer por dentro un xiglú, así como la agradable conversación que tuvimos sobre esta construcción sana para las personas y respetuosa con el planeta.
¿Cómo surgió la idea del xiglú?
Nació como una alternativa de negocio para superar la situación de crisis en un sector, el de la madera, tan ligado a la construcción. También como respuesta a unas necesidades de vivienda diferentes por parte de la sociedad, a raíz de este movimiento de cambio que estamos notando todos, y que es imparable. Las soluciones las tenemos que dar las empresas y la gente, no los políticos. Pensamos que una empresa tiene que tener una rentabilidad económica, aunque sin olvidar la rentabilidad social y la ecológica. Este triple balance no es tan difícil, y al final todos ganan.
¿Por qué el xiglú es una construcción ecológica?
Nosotros nos inspiramos en el iglú de los inuits, que está construido en hielo y no deja residuos. Trabajamos con madera y otros materiales que son biodegradables –como la lana de oveja que actúa de aislante en las paredes de madera–, o que pueden integrarse en el entorno al final de su ciclo de vida –como pueden ser una teja de pizarra o de cerámica–.
¿Qué ganamos comprando un xiglú?
En primer lugar, saber de dónde vienen las cosas. Nosotros queremos incorporar información sobre el origen y el ciclo de vida de los productos, para que la gente tenga toda la información sobre qué está comprando y sepa qué va a pasar a final de su vida útil. Nos gusta contar con la participación del cliente en todo el proceso, tanto en el diseño como en el propio montaje. De este modo, conseguimos que el xiglú se adapte a las necesidades reales de cliente.
¿Qué materiales empleáis en su construcción?
Utilizamos madera local certificada. Pesa poco y funciona muy bien. Estructuralmente, cumple todos los requisitos que necesitamos para la autoconstrucción. La cimentación se hace a través de unos conos de fibra de carbono rellenos con la propia arena del lugar, lo que permite no dejar residuos durante la construcción ni después del desmontaje del xiglú. La cubierta es la que condiciona la integración en el entorno. Puede ser de pizarra, de mortero, de madera o vegetal.
¿Cómo podemos integrar las energías renovables en el xiglú?
Los requerimientos energéticos son muy pequeños. Contamos con un kit de autosuficiencia energética, que llevaría la electricidad directamente desde las placas fotovoltaicas del exterior a los enchufes. Con dos paneles solares podemos cubrir las necesidades de este xiglú, puesto que la iluminación es por leds, la cocina es de gas y la calefacción puede ser con una estufa tipo pellets pequeña, puesto que con 2 kW se calienta la vivienda. La refrigeración es pasiva, gracias a la circulación cruzada de aire que funciona de forma natural.
¿Podemos construirnos nuestro propio xiglú?
Nosotros damos a la gente la posibilidad de participar en la construcción. Puedes hacerte tu propia casa en una semana; solo necesitas una persona de Xilacurve que te guíe en el proceso, para que las piezas encajen perfectamente. No es complicado, porque se construye de un modo similar a un iglú de hielo.
Al ser modular, podemos empezar con la construcción básica e ir añadiendo módulos según las necesidades de espacio. La estructura se mantiene en pie aunque quites una pieza. Todos los módulos son como quesitos, lo que permite cambiar de lugar la puerta, la ventana, la ducha, el almacén, el fregadero, la cocina, e incluso poner un túnel de unión a otro xiglú.
Esa modularidad es una gran ventaja
Efectivamente. Empezar por una construcción básica permite gastar lo mínimo. Esos bajos requerimientos energéticos ofrecen una rentabilidad a largo plazo. Otra gran ventaja es su carácter nómada, ya que puedes llevártelo allá donde tengas que desplazarte a vivir por razones de trabajo, familiares, etc., ya que solo necesitas un solar. Al ser fácil de desmontar, cuando decidas puedes marcharte y dejar el terreno sin impacto, ya que el xiglú va apoyado y no deja residuos. Sin olvidar que es una casa saludable y que transmite, sobre todo, la sensación de confort. Los materiales empleados permiten crear un ambiente acogedor y la forma redonda, la ausencia de aristas, crea un espacio continuo que hace que parezca más grande.
¿Puede tener usos diferentes al de vivienda?
De hecho, hemos construido un xiglú que funciona como casa rural y spa en Mas el Guitart, en la provincia de Girona, y tenemos anteproyectos para construir un centro de salud y para ampliar un centro de educación primaria. Son nuestros clientes los que proponen otras posibilidades, como por ejemplo una oficina o una sala de meditación.

Los requerimientos energéticos del xiglú son muy pequeños. Bastan 2 kW para calentar esta casa ecológica.
¿Qué planes futuros tenéis?
En la actualidad somos tres socios, Javier Cejudo, sAtt ecoarquitectura y yo (Juan José Campos). Próximamente vamos a incorporar nuevos socios. Estamos abiertos a inversores que se impliquen en la empresa, porque creemos que tiene futuro. Tenemos proyectos que sacar adelante y solo necesitamos un pequeño empujón.
PARA MÁS INFORMACIÓN:
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