La bolsa de valores de la compra

en agosto 28 | en Compra sostenible, Noticias Destacadas | de | con Comentarios desactivados en La bolsa de valores de la compra

Te propongo convertir la cesta de la compra en una bolsa de valores. Al adquirir los productos directamente al productor, ya sea en la propia huerta, en un mercadillo o en un grupo de consumo, estás llenando de valores una actividad cotidiana como es la compra habitual. Una alternativa muy sostenible, beneficiosa para los productores, para tu bolsillo y, por supuesto, para tu salud.

puesto de verduras ecológicas en un mercado al aire libre de Madrid

Recientemente, leí en la revista Opcions un interesante artículo de Rubén Suriñach titulado El techo de los grupos de consumo agroecológico. El autor reflexionaba sobre el estancamiento (e incluso declive) de los grupos de consumo autogestionados, y aprovechaba para hacerse eco de otras iniciativas que, sin compartir los valores de grupos y cooperativas de consumo, se están haciendo con una parte de los consumidores.

Para conocer más de cerca la situación del consumo de productos ecológicos de proximidad, que realmente convierta nuestra compra en una bolsa de valores (éticos, de compromiso con los pequeños productores, con nuestra salud y con la del planeta), he recabado opiniones desde diferentes perspectivas:

Un modelo sustentable

Desde Madrid Agroecológico, plataforma que intenta articular las iniciativas agroecológicas de la biorregión de Madrid para realizar una transición hacia un modelo sustentable, expresan que «nos propusimos trabajar firme por una transición agroecológica de la región y crear unas nuevas relaciones urbano-rurales basadas en la solidaridad y en la justicia social, aplicando los principios de la ecología a los sistemas productivos agrarios y persiguiendo un acceso más justo a los alimentos y a los medios de producción. En torno a la alimentación se van forjando nuevas complicidades entre el campo y la ciudad y múltiples colectivos vuelven su mirada hacia la agroecología como herramienta imprescindible para reducir el impacto en la salud del medio ambiente y de las personas.»

una mujer pasa frente a un puesto de un mercadillo de productores agroecológicos

Así, elegir a quién compramos no es solo es un tema de conciencia: «el actual modelo de producción y consumo es insostenible; los monocultivos intensivos acaban con la biodiversidad y degradan el suelo, con lo cual se entra en un círculo vicioso por el que cada vez son necesarios más aportes de fertilizantes y plaguicidas químicos, que acaban contaminando las aguas subterráneas». Es mucho más que eso: «Consumir ecológico no es solo comprar alimentos ecológicos, es interiorizar el consumo responsable y evitar el desperdicio alimentario. La experiencia nos dice, además, que cambiando los patrones de compra se acaba cambiando también la dieta, haciéndola más saludable. Y es que no es extraño que al comprar directamente al agricultor en un mercadillo, junto a la verdura te llevas una nueva deliciosa receta, que te ha explicado mientras pesaba las cebollas o las coles».

«Apoyar la agroecología con nuestro consumo, comprar directamente a l@s productor@s es apoyar a quienes cultivan y procesan alimentos, y que con su actividad mantienen vivos los territorios de los que las urbes dependen absolutamente para su supervivencia. Son ellos y ellas quienes, con sus prácticas campesinas y su recuperar conocimientos locales, cuidan del suelo, de la tierra y de la biodiversidad cultivada y silvestre», concluyen desde Madrid Agroecológico.

cultivo de acelgas rojas

Formar parte de un grupo de consumo

Para conocer más de cerca el fenómeno de los grupos de consumo, me he acercado al grupo de consumo Moratalaz, en Madrid. Fue puesto en marcha por un grupo de jóvenes a raíz de la formación de la Asamblea Popular de Moratalaz, cuando la acampada de Sol en mayo de 2011 se trasladó a los barrios. Se buscaba un modelo de consumo alejado del mercantilismo del sistema capitalista, respetuoso con el ambiente, la naturaleza y los animales, y donde la relación entre proveedores-consumidores estuviese basada en el conocimiento mutuo y en la confianza.

¿Qué supone para tí formar parte de este grupo?

«En un grupo de consumo, aparte de las virtudes relacionadas con consumir productos ecológicos (medioambiental, social, salud, sabor, etc.), se está en contacto directo con el productor (en la mayoría de los casos también es distribuidor y vendedor), comenta Dani, uno de sus componentes. Y añade: «Buscamos un trato justo con él/ella, sin que los numerosos intermediarios en el consumo de grandes superficies vayan sumando eslabones en la cadena y reduciendo su margen de beneficio. Además, se establece con él/ella una beneficiosa relación de confianza por ambas partes, que solo cuando llevas tiempo consumiendo así, te das realmente cuenta de lo que eso supone. Funcionar como grupo es una ventaja, un gusto y también un reto. Lo que hace valorar aún más qué y cómo consumes, y por qué decides hacerlo de esta manera».

Por su parte, Hortensia cree que participar en un grupo de consumo «hace que la conexión con la tierra sea mayor, porque eliminas los intermediarios, puedes ver como se produce lo que estás consumiendo, tienes afinidad con las personas de tu grupo y con los proveedores. Sabes que, además de comer sano, no participas de la cadena de explotación del mercado. Se aprende mucho de remedios naturales, de plantas, de la vida de los animales, etc. Soy más humana y establezco relaciones de igualdad y respeto con los compas, con los que trabajan para que tengamos los productos, y con lo que nos da la tierra».

imagen de LaHuertaSana, productor ecológico próximo a Madrid

Imagen cedida por LaHuertaSana, productor ecológico próximo a Madrid.

¿Qué importancia tiene dónde hacemos nuestra compra?

Para buscar una respuesta, me dirijo a Carro de Combate, un colectivo dedicado al periodismo independiente que investiga el origen de los productos que consumimos, para el que «consumir es un acto político, ya que con nuestras compras cotidianas estamos apoyando las empresas que hay detrás».

Según Carro de Combate, «a menudo se habla de los impactos que suponen los procesos productivos de aquello que consumimos o, por nuestra parte, del hiperconsumimo que nos lleva a comprar cada vez más y a demandar precios más baratos, pero se tiende a ver el sistema de distribución como un elemento neutral que sólo conecta ambas partes sin influenciarlas. Pero su impacto va más allá, y no se limita a las condiciones laborales de sus trabajadores o la desaparición del comercio tradicional, como explica nuestra compañera Nazaret Castro en su libro ‘La Dictadura de los Supermercados’. Así, el filósofo Gilles Lipovetsky ya nos habló de cómo el desarrollo del sistema de supermercados ha sido fundamental en la conformación del sistema actual de multinacionales y en el refuerzo de su posicionamiento de marca. En otras palabras, sin los supermercados, hubiera sido más difícil que se formaran los grandes imperios de la alimentación y la cosmética.

Como bien es sabido, además, los supermercados, especialmente los grandes, tienen una posición de negociación privilegiada sobre los proveedores, a los que pueden exigir ajustes en los precios a menudo inalcanzables, especialmente para los pequeños productores. Los que no se pueden permitir ceder, a menudo acaban de nuevo en manos de multinacionales. Es un juego de grandes», concluyen desde este colectivo.

Para saber más:

Carro de Combate

LaHuertaSana

Madrid Agroecológico

Opcions Consumo Consciente

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