La feria de artesanas de la Comunidad de Madrid, organizada por FADEMUR, reunió en Miraflores de la Sierra a un grupo de mujeres emprendedoras y empresarias del medio rural. Ecología Cotidiana entrevistó a algunas de ellas. Esto es lo que comentó Esther Casero:
¿A qué te dedicas? ¿Dónde está tu negocio?
Soy apicultura y me dedico a la venta de miel y derivados de la colmena. Estoy en El Molar.
¿Qué supone para tí estar presente en esta feria?
Sobre todo, me siento arropada. Son compañeras que están padeciendo y disfrutando de todo el mundo de la artesanía y el campo.
¿Qué problemas concretos tienes como mujer rural y artesana?
Yo cuento con el apoyo de la familia y me va bien. Pero la dificultad más grande es la falta de ayudas económicas. Los requisitos son muy difíciles de cumplir.
¿Has tenido algún tipo de ayuda oficial? ¿Has conseguido algún tipo de crédito de los bancos?
No, al revés. Todo es muy complicado. No tenemos ningún tipo de apoyo como autónomos, pero tenemos que pagar nuestra seguridad social e impuestos.
¿Qué valor tiene tu trabajo? ¿Crees que el consumidor lo aprecia?
Hay una gran mayoría que sabe el trabajo que conlleva. Pero hay mucha gente que no lo valora, solo viene a ver el precio. No podemos competir con grandes empresas. Nuestro producto no tiene nada que ver. Damos a probar nuestra miel para que la conozcan, vean su consistencia y color, somos pequeños productores y la hacemos con mucho cariño, mimo e ilusión, que se transmite al producto.
¿Es rentable para tí, a día de hoy, vivir de esto?
Estamos muy justos. Hay muy poca producción. Los últimos años está lloviendo menos, por lo que hay menos flor. También está el problema de las enfermedades de las abejas, los pesticidas, la avispa que tenemos por La Cabrera (es tres veces más grande que la abeja y se la come), las antenas…
Para compensar esto, siempre estamos ingeniando. Así, también producimos mermeladas artesanales, y este año hemos sacado miel con frutos secos, con limón, con naranja, velas… y sobre todo la miel en panal, que es lo más natural que podemos ofrecer. Este último producto conserva todos los aromas y propiedades de la miel, porque está sellado con la propia miel de las abejas; puede comerse cortando un trozo con un cuchillo y chupándolo como si fuera un caramelo.
¿Es esta tu actividad principal?
Yo sigo la tradición familiar. Pero a lo largo de mi vida he ido encadenando varios trabajos. Hace unos años me quedé sin empleo y me planteé qué podía hacer. Este mundo me encanta y estoy luchando por seguir adelante.
¿Qué dificultades has encontrado a la hora de montar tu negocio? ¿Qué alegrías te ha aportado?
La mayor alegría es que el cliente que te conoce te venga a buscar. Eso dice todo del negocio, del trabajo que hago.
Fuera de estos eventos promocionales, ¿cuánto te cuesta llegar a tus clientes? ¿Se te ocurre alguna otra iniciativa?
Sobre todo, al principio, cuesta mucho. Ahora contamos con una clientela más o menos fija. Lo que más funciona es el boca en boca, los mercadillos y ferias.
¿Utilizas las redes sociales para dar a conocer tus productos?
Yo utilizo facebook. También tenemos página web, pero no tenemos venta online. Ahora, estamos promocionando un taller de apicultura para niños, que nos sirve de presentación de la empresa.
¿Cuentas con el sello de productor ecológico? ¿Supone alguna ventaja?
No. Nuestro producto es completamente natural. Para mí, el sello ecológico es un papeleo más, pagar más impuestos que nos llevarían a encarecer el producto. Sí que es cierto que el cliente ve en el sello una confianza adicional sobre el producto, pero no me lo he planteado porque creo que no es necesario.
¿Tienes hijos? ¿Cómo compaginas tu actividad con tu papel de madre? ¿Cuentas con algún tipo de ayuda por ser madre trabajadora?
Sobre todo, con el apoyo de mis padres, que hacen una labor muy importante. También mi pareja. Y tratando que el niño vea las necesidades que hay y hacer que espabile. De hecho, tiene trece años y ya colabora conmigo.
¿Animarías a otras mujeres a tomar tu ejemplo? ¿Qué consejos les darías?
Yo animaría a toda persona a que hiciera lo que realmente le satisface, sin miedo a arriesgar. Es el paso más difícil, por miedo a fracasar, pero creo que hay que tirar para adelante. Yo empecé con cuatro tarros de miel, pero fui creciendo y tuve el apoyo de otros artesanos, que te van avisando de otros mercados y te dan información. El mundo de la artesanía es muy cercano. Me gusta mucho la buena relación que hay.
¿Tienes tiempo para el ocio? ¿Cómo disfrutas esos momentos?
Muy poco. Muchas veces es por necesidad, para dedicármelo a mí. Lo que me apetezca en ese momento. Pasear, leer, ver una película, o sentarme con mi hijo a comer tranquila.
SI QUIERES SABER MÁS:
Web de La Abeja Mañosa
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