Juan Miguel Pavo Fraire, responsable de Artesanía de la Huerta, es un agricultor ecológico que practica la permacultura “a su manera”. No se limita a cultivar la tierra de un modo sostenible, sino que se atreve también con las abejas, vende su propia producción y saca tiempo para ocuparse, al final de la jornada, de sus hijos. He aquí la interesante conversación que ha mantenido con este blog.
Juan Miguel, ¿siempre te dedicaste a la huerta?
Me dedico profesionalmente desde hace 9 años aproximadamente. Aunque ligado al campo de manera personal desde que nací.
¿Por qué ecológica?
Porque no lo podría entender de otra manera. Con estos tiempos que corren, con tanta contaminación, herbicidas, insecticidas, fertilizantes sintéticos… unos pocos tenemos que contrarrestar tanta química. El futuro que vamos a dejar a venideras generaciones va a ser muy feo, se palpa ya. Los campos están esquilmados, exhaustos de tanto sacarle nutrientes y de vomitarles química. Por ejemplo, en Extremadura, la problemática de la Seca, una enfermedad que ataca a las encinas, es imparable y parece que no hay medios económicos para atajar este mal. Cuando nos quedemos sin encinas, y nuestros campos se queden desertizados no sabremos qué darles de comer a los cerdos…
No podría cultivar mis verduras echándoles veneno, sabiendo que luego lo van a ingerir mis amigos, familiares o yo mismo. A día de hoy cualquier agricultor que abona con química sabe lo que le está echando a sus tierras y sus cosechas…si luego la consume es su (I)responsabilidad.
Tienes familia. ¿Cómo se compatibiliza el trabajo en el campo con la vida familiar?
La conciliación familiar es complicada. La huerta se llevaría todas las horas que quisieras echarle. Tratas de llevarte a los pequeños a tu terreno, inculcarles tu pasión por la vida natural, buscarles tareas divertidas. Pero a la hora de elegir, ahora mismo en mi caso, con niños pequeños, prefiero verlos crecer a ellos antes que a una lechuga.
¿Cómo gestionas las “malas hierbas”?
Las hierbas no son malas, las pobrecitas, jajaja. Ahora se les llama hierbas adventicias, para suavizarlas un poco. Ya en serio, tratamos de acolchar siempre que podemos y si no, con la banqueta, vamos de bancal en bancal arrancando las hierbas. Para que todo este forraje tuviera un final más productivo, me hice de un pequeño rebaño de oveja merina negra. Todas las hierbas que arrancamos y los excedentes se los damos de comer a ellas. Las ovejas nos lo agradecen criando unos preciosos corderos y abonando allá por donde las entramos a pastar. Se trata de ir cerrando círculos, que no se desperdicie nada y que todo produzca. Para este invierno está proyectada la inclusión de gallinas; ellas trabajarán la zona donde tenemos los naranjos.
¿Practicas la permacultura? ¿Podrías explicar brevemente en qué consiste?
Según las palabras de Bill Mollison (recientemente fallecido) precursor y creador de la Permacultura, la permacultura es la filosofía de trabajar con, y no en contra de la naturaleza; de observación prolongada y reflexiva, en lugar de labores prolongadas e inconscientes; de entender a las plantas y los animales en todas sus funciones, en lugar de tratar a las áreas como sistemas mono-productivos.
Yo practico la permacultura digamos que a mi manera. Interacciono con mi terreno y lo transformo para obtener unos beneficios, está claro. Siempre siendo respetuoso con lo que nos rodea. Entiendo que cada terreno es distinto y hay que actuar en función a él. En una huerta productiva y comercial como la mía, necesito tener las cosas ordenaditas y cada cultivo en su lugar. Supongo que eso no le gustaría al bueno de Bill ni a su amigo Fukuoka tampoco, pero para ser efectivo tengo que hacerlo así. Aunque siempre existe el libre albedrío en algunas partes de la huerta. Plantas que nacen solas de manera espontánea, esas plantas hortícolas que se atreven de manera anárquica a nacer donde no se las espera, las respeto y dejo que sigan su camino. Tengo comprobado que todas estas plantas que nacen ellas solas, suelen ser más poderosas y son más resistentes a enfermedades, e incluso son más productivas.
¿Cómo puede la agricultura ecológica competir con la convencional?
Yo creo que cuando dos cosas son distintas no pueden competir. Juegan en ligas distintas.
No podemos comparar la calidad de un producto con el otro, y digo calidad tanto nutricional como en sabor.
También en la calidez. No es lo mismo cuando llega a tus manos un producto hecho de manera industrial en una cadena de montaje y otro que ha brotado del esfuerzo de un hortelano apegado a su terruño, un producto que ha sido mimado tanto en su crecimiento como en su transporte y que ha sido cosechado en su momento óptimo de maduración.
Según la FAO, la agricultura ecológica podría alimentar el mundo en el 2050. Yo poseo una huerta de casi una hectárea y te digo que produzco toneladas de alimentos anualmente. La tierra bien cuidada y trabajada es muy muy productiva. También te digo que la ciudadanía tendría que concienciarse y consumir productos de cercanía y, sobre todo, de temporada. Si quieres comer cerezas en invierno estarás contribuyendo a un deterioro del planeta. Así de simple.
¿Dónde vendes tu cosecha?
Trato de que se venda lo más local posible. No vendo ni una lechuga fuera de Extremadura. Prácticamente en Cáceres capital. Alguna cosa también va para Badajoz.
Vendo a familias fundamentalmente, grupos de consumo de Cáceres y algún restaurante.
¿Qué produces?
Produzco verdura y hortaliza de temporada. Todo lo que se adapte al clima extremeño. La lista es muy larga: coliflores, brócolis, boniatos, pimientos, puerros, cebollas, remolachas, zanahorias…
¿Cómo se combaten las plagas desde la agricultura ecológica?
En ecológico, de lo que se trata más bien es de prevenir. Una vez que tengas una enfermedad o plaga en tus cultivos, ya es complicado sacártela de encima.
Existen productos naturales que están permitidos en agricultura ecológica para combatir plagas o enfermedades. En mi caso, siéndote sincero, no utilizo nada. Mi finca está completamente aislada y no tengo enfermedades que puedan atacarme de otras explotaciones. Por regla general, no tengo ninguna plaga. Siempre puede haber algo tipo araña roja en tomates, pulgón en las habas…pero creo que son cosas irremediables. Intento hacer asociaciones de cultivos para beneficiar unas plantas con otras. Y dejo que actúe la naturaleza por sí sola, y si hay que sacrificar alguna planta o cultivo, pues ya está. Soy pragmático en ese sentido. Esto no es más que un juego y unos años se te darán mejor que otros las cosas.
También tienes abejas. ¿Puedes hablarme de ellas?
Soy apicultor aficionado. Tengo unas cuantas colmenas que me polinizan la huerta. Ya no podría estar sin ellas. Es un deleite pasearte por la huerta y escucharlas zumbando, recogiendo polen de unas flores o de otras. Es el ciclo perfecto. Ellas contribuyen a la polinización de mis plantas y yo les siembro árboles y arbustos que les gustan. A cambio, les quito propóleo y sólo les robo un poco de miel para el consumo de casa; el resto, se lo dejo a ellas. Es su alimento; si se lo quitáramos todo, se debilitarían aún más y, en invierno, serían más propensas a morir.
No es un buen momento el que está pasando la abeja. Todo lo que les rodea son enemigos, desde el diminuto ácaro varroa aniquilando las colmenas hasta el propio apicultor, exprimiéndolas al máximo. Pasando por otra serie de enfermedades, los abejarucos, fumigaciones con pesticidas, antenas de móviles y la tan famosa avispa asiática…
Se necesitaría mucho apoyo institucional para acabar con estas enfermedades. Si las abejas llegan a desaparecer, estamos acabados.
¿Cómo es un día en tu huerta?
Un día en mi huerta depende mucho de la estación del año en la que estemos. La jornada siempre empieza al amanecer y se trabaja hasta las 14 horas. En invierno no hacemos nada por la tarde, ya que son las jornadas más cortas y el volumen de trabajo baja. En primavera y verano es distinto, la primavera es el punto álgido de trabajo y echamos mañana y tarde. En verano, a partir de las 12 hay que buscar una buena sombra, ya que las altas temperaturas te impiden trabajar. Primavera y verano sobre todo es siembra, riegos y quitar hierbas. Otoño e invierno nos libramos de regar, pero seguimos haciendo cosas. Una de las tareas más importantes es darte un paseo por la huerta e ir observándolo todo. Es raro que algo se pase de mi control, hay que estar alerta y adelantarse a futuros acontecimientos. Estar atentos a las épocas de siembra. Seguimos el calendario lunar y sembramos según las fases lunares.
¿Qué mensaje te gustaría transmitir a los lectores de este blog?
Que es un placer máximo poder ganarse la vida haciendo aquello que para tí es un hobby.
Está claro que no hay otra alternativa que el consumo de productos ecológicos: En mi caso, es un deber y una lucha el hacer que estos productos no sean solo para una élite que pueda pagar un precio estratosférico por la comida. Estoy cansado de que se relacione lo ecológico con algo caro e inasequible. Los precios que yo manejo, muchas veces están incluso más bajos de los que podemos encontrar en grandes superficies. Con lo cual no hay excusa. Además, aparte de alimentarnos, estamos invirtiendo en salud.
Somos lo que comemos, así que alimentémonos de manera consciente, comiendo local y sobre todo productos de temporada. Y si es comprando a un horticultor cercano, estaremos haciendo realidad un proyecto que mejorará nuestro entorno y estaremos incentivando la economía local.
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