Cada vez son más las personas que se acercan a la bioconstrucción para encontrar una solución a sus problemas de salud, y también en busca de un bienestar e incluso de un ahorro en climatización. Para tener una visión más próxima de este sector tan prometedor de la construcción, he buscado el punto de vista técnico y me he acercado al nuevo espacio que Naturdomus está creando en pleno centro histórico de Madrid. Allí he tenido la oportunidad de entrevistar a Micaela Piciaccia, arquitecta y presidenta de esta asociación para el fomento de la bioconstrucción que pretende volver a las raíces, a los materiales naturales, y su forma artesanal de ser aplicados con los conocimientos añadidos de nuestra época.
¿Qué tipos de ventajas presentan los materiales naturales empleados en la bioconstrucción?
Un mayor confort térmico, pero también acústico e incluso psicológico. Así, si observas la forma de reflectar la luz que tienen los materiales naturales, puedes comprobar que no tiene nada que ver con la que se percibe con materiales industriales. No puedo aportar datos científicos, pero por experiencia de vida he podido comprobar que una persona en una habitación revestida con materiales naturales tiene una sensación mucho más agradable. Es una sensación primordial, una energía que yo creo que sintoniza mejor con la del ser humano, porque aunque no nos demos cuenta nuestro organismo rechaza los materiales sintéticos, porque le son ajenos. Un sitio bien acondicionado invita a la relajación, y sería interesante hacer estudios sobre esto.
¿Crees que es una tendencia de moda, o algo que se consolidará?
La moda de lo rústico en la urbe es algo muy actual. Hay clientes que me piden un enfoscado basto, de aspecto antiguo, y el problema es que tenemos que ser capaces de reproducir estos efectos encima del pladur. Los “locos” que estamos metidos en esta franja de la arquitectura no estamos haciendo más que retomar la tradición de la arquitectura, que lleva miles de años de conocimientos y solo se paralizaron con la industrialización, para innovarla con los conocimientos adquiridos desde el inicio de la época industrial.
¿Es más caro construir con bioconstrucción?
La bioconstrucción, cuando comenzó, se planteó como algo más barato, y para nada lo es. Aunque es posible llegar a igualar en precio a la construcción convencional, la diferencia está en que en la bioconstrucción estamos empleando un material de calidad y mano de obra especializada y con un conocimiento.
La bioconstrucción es una inversión que vas a amortizar a lo largo de muchos años. Los materiales industriales no están pensados para que sean duraderos. Mucha gente piensa que el hormigón dura para toda la vida, pero para nada es así. De hecho, si piensas en todo el dinero que se desperdicia en obras extraordinarias de reformas, el coste de una vivienda a largo plazo supone un sobrecoste. Se emplean materiales de muy baja calidad, mezclados con cualquier producto químico, y llegan al cliente final con un precio desproporcionado.
¿Es la rehabilitación una buena oportunidad para emplear la bioconstrucción?
Por supuesto. En barrios históricos, donde las casas están construidas con materiales nobles, tenemos la posibilidad de llegar a un estándar mucho más alto. Mientras que los materiales industriales tienen un tiempo de vida muy corto, tenemos ejemplos de suelo continuo de yeso de la época de los fenicios. No es nada nuevo y sabemos perfectamente que la cal y el yeso son derivados de la piedra caliza. En el proceso de elaboración, pierden CO2, pero una vez que ese material se ha empleado se va a pasar toda su vida intentando chupar CO2 para volver a ser piedra, que es su estado natural. Imagínate que todos los edificios de la ciudad estuvieran enfoscados con yeso y cal; esto limpiaría el aire de CO2 y le serviría al material para seguir reforzándose. Pero eso no le interesa al mercado.
Deberíamos centrarnos más en rehabilitación, pues es la franja que más empuje nos da, porque tenemos que seguir descubriendo de qué forma mejorar un edificio. Una de las rehabilitaciones más comunes hoy en día es mejorar el aislante. Abordamos el hormigón o el ladrillo hueco y, a partir de ahí, usar un aislamiento con, por ejemplo, paneles de corcho, de fibras de madera, enfoscados con materiales nobles como yeso, cal o barro. Esto ya mejora notablemente lo que había antes, ya que además de aislar deja que las paredes transpiren. La industrialización nos ha hecho creer que nuestras casas deben ser una caja estanca donde no entra nada ni nadie. En su lugar, las paredes deben poder transpirar, hacer su trabajo. Con el cemento, lo que se hace es poner una barrera. Pero como siempre habrá un intercambio de temperatura entre el interior y el exterior, se creará condensación, y el agua siempre encontrará algún punto de fuga por el que, poco a poco, irá abriendo el enfoscado o generará moho u hongos, una de las enfermedades más comunes en la construcción.
La directiva europea 2010/31 sobre eficiencia energética exige a los estados miembros de la UE que todos los edificios construidos a partir del 31 de diciembre de 2020 sean de consumo casi nulo. ¿Está España preparada para cumplir la legalidad?
Creo que no. Yo supongo que lo que sucederá es que, en el último momento, aparecerán supuestos expertos y se puede caer otra vez en el riesgo de las malas construcciones. Por otro lado, me parece necesario que haya empujes de ese tipo para que al menos se vaya marcando un camino. Espero que a partir de entonces se empiece a valorar el trabajo profesional bien hecho. Esa normativa va más dirigida a temas de ahorro energético, por lo que es solo una franja de la bioconstrucción. Y ahí dentro sí que tiene cabida qué material voy a utilizar para reducir el consumo energético. Ahora, sinceramente, creo que la industria empezará a invertir en productos sintéticos con sellos bio o eco, porque permiten unos porcentajes de elementos químicos, y nunca será un producto 100% natural.
¿Crees que está valorado vuestro trabajo y la calidad de los materiales de bioconstrucción?
Hay mucho desconocimiento. También desconfianza, generada por el bombardeo de posibilidades, pues el mercado de los materiales es casi infinito; siempre nos van a comentar que este u otro material es el mejor del mercado. Yo me pongo en la piel del cliente y veo la dificultad en la elección del material más adecuado, porque no se tiene esa información.
Este espacio en el que se encuentra Naturdomus va en esa dirección de divulgación y abrir todo esto al mercado. Ojalá haya miles de espacios como este, que generemos competencia y cada día más gente vaya buscando esto. Con el pasar de los años, veo que el tipo de cliente que me llega cada vez lo hace más por estar concienciado. Entonces, tan solo tendré que hacer una propuesta técnica y no dedicarme a explicar y convencer por qué estos materiales son mejores que los otros.
Háblanos de Villavés Sostenible. ¿Cómo surgió el proyecto?
Todo empezó con la idea de proporcionar a los pueblos de Las Merindades (en Burgos) un espacio cultural en el que se pudieran organizar eventos y actividades para los vecinos de la aldea de Villavés. Dado que tan solo cuenta con veinte vecinos empadronados, las posibilidades económicas eran muy reducidas.
Yo aparecí por allí un poco por casualidad y, hablando con ellos, poco a poco empezó a coger forma. En 2016 empezamos a trabajar el proyecto. Mi idea era que este edificio se quedase como un muestrario de diferentes técnicas de bioconstrucción. Siendo obra nueva, tenía la posibilidad no solo de crear acabados sino también técnicas de construcción. Planteé que cada pared estuviese construida con una técnica diferente, en función de la orientación, y que todo esto se trenzara con la arquitectura tradicional local. Allí me surgió la idea de trabajar con piedra en la estructura de carga.
Es una planta estudiada con las proporciones áureas, como un caracol. El tejado es una estructura recíproca, algo que no es nada nuevo porque ya lo empleaba Da Vinci. Las paredes radiales, que van hacia el exterior, sirven para romper la idea de que las paredes de carga encierran el edificio. En este caso, lo abren desde el centro hacia el exterior. Son paredes de sesenta centímetros de alto por tres metros y medio de alto, y quise experimentar un poco. He decidido realizar un recorrido por las posibilidades de construcción con piedra. Así, la primera pilastra es piedra en seco sin más, las siguientes llevan piedra en seco por fuera y ripios y cal por dentro, y la última lleva cal no solo por dentro de la pared sino también entre piedras. A partir de ahí, todas las paredes de cierre de la edificación están pensadas para emplear diferentes materiales (paja, adobe, cob), con la intención de generar un espacio que recoge unas trece técnicas diferentes entre construcción y acabados.
En este proyecto hemos buscado utilizar materiales de construcción presentes en la zona. La piedra la ha proporcionado una cantera de piedra caliza del pueblo de al lado y la madera también procede de un carpintero cercano.
Si quiero construir mi casa natural con técnicas de bioconstrucción, ¿cómo puedes ayudarme?
En mis encargos, lo más habitual es que te llegue una familia que quiere construir la casa de sus sueños. Realmente, la capacidad del arquitecto es captar las exigencias del cliente y la imagen que tienen de su casa, para conseguir realizarla lo más cercano posible. Nuestra labor es más bien ser un mediador entre el conocimiento y lo que el cliente quiere conseguir. Yo creo que se debería tener en cuenta las condiciones del lugar, la ubicación, la orientación bioclimática y generar un espacio en el que cada pared esté trabajando en función de las exigencias, por lo que al norte será necesario aislar más y, al sur, una masa térmica que trabaje de otra manera. Sin embargo, lo más habitual es que un cliente nos proponga construir, por ejemplo, un chalet con paja. Lo ideal sería conocer las diferentes técnicas para poder utilizarlas según el caso, pero por lo general se elige una sola técnica y se construye toda la casa con ella.
¿Es segura una casa de paja?
La paja ya está legalizada como material de construcción en varios países de Europa. En Francia, por ejemplo, después de estudiar Arquitectura, tienen dos años de escuela de especialización en construcción con paja. En España yo, como arquitecta, para poder utilizar la paja tengo que justificar por qué elijo ese material. Para poder legalizar una construcción con paja estamos estamos obligados a utilizar una estructura de carga en madera y utilizar la paja como material de relleno. Pero pero es perfectamente posible utilizar balas de paja como pared estructural y evitar usar madera, lo que supondría un beneficio para el medio ambiente y un ahorro para la persona.
¿Está desfasada la legislación?
Muchas leyes que siguen vigentes en la actualidad ya no tienen ningún sentido. Los arquitectos tenemos, desde los colegios, la posibilidad de proponer cambios de normas. El problema es quién toma esa responsabilidad, sin esperar una remuneración por ello, para que las cosas empiecen a cambiar. Esto nos facilitaría mucho el trabajo.
Es un tema de desconocimiento, pues tenemos un retraso con respecto al norte de Europa, donde asuntos como qué hacer con los residuos de la construcción es un tema muy serio; aquí, en cambio, no hay ningún tipo de recogida selectiva de desechos de la construcción.
¿Cómo se puede mejorar la divulgación de las ventajas de la bioconstrucción?
La bioconstrucción será más popular cuando la gente empiece a plantearse su bienestar en su entorno físico, y espero que sea el próximo paso necesario. Desde Naturdomus, tenemos previsto continuar nuestra actividad divulgativa mediante charlas, conferencias, talleres, cursos, puertas abiertas, el fomento de estudios o cualquier otro tipo de acción.
Soy positiva, porque veo un gran movimiento entre los estudiantes de arquitectura que acuden a los cursos, tanto en revestimientos murales como en técnicas de bioconstrucción. Es la franja joven, la próxima a entrar en el mundo laboral, la que se está dando cuenta de que hay otras posibilidades. Necesitamos mano de obra especializada. Faltan profesionales especializados en todos los sectores de la bioconstrucción, desde arquitectos y aparejadores hasta la mano de obra que ejecuta en obra.
¿La construcción llegará a ser sostenible, o es una utopía?
Yo creo que llegará el momento en el que estemos obligados a que sea sostenible. Por un lado, a nivel legal; por otro, por crecimiento de la conciencia de que es necesario un entorno más salubre. Para poner remedio al desastre que hemos hecho en los últimos cien años, vamos a tardar bastante aún.
Para más información:
Web de Naturdomus
Proyecto Casa de Cultura de Villavés
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